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Inversión extranjera vs. equidad fiscal: el dilema detrás de las Zonas Francas

Escrito por Officium Legal | Oct 29, 2025 3:58:13 PM

Las zonas francas en Costa Rica representa un poderoso motor económico que durante el último año aportó US$13.893 millones a la economía nacional, equivalente al 15% del Producto Interno Bruto (PIB). Este impresionante dato revela la magnitud de un modelo que, aunque controvertido para algunos, ha transformado significativamente nuestra economía.

Sin embargo, el debate sobre las zonas francas va más allá de su contribución directa. Por un lado, este régimen concentró el 74% de la Inversión Extranjera Directa del país en 2024, canalizando US$3.720 millones. Por otro lado, surgen cuestionamientos sobre la equidad fiscal de un sistema que otorga exoneraciones significativas a empresas extranjeras.

Los números hablan por sí mismos: por cada dólar que el Estado exonera a las empresas bajo este régimen, estas generan un aporte total de US$2,9 a la economía costarricense. Además, el régimen ha creado 197.000 empleos directos y cerca de 65.000 empleos indirectos, sumando aproximadamente 265.000 puestos de trabajo.

En este artículo, analizaremos a fondo el dilema entre atraer inversión extranjera y mantener la equidad fiscal en Costa Rica. Exploraremos el impacto económico real de las zonas francas, su contribución al desarrollo social y las implicaciones de un modelo que, aunque exitoso en muchos aspectos, plantea importantes reflexiones sobre el desarrollo equitativo de nuestro país.

 

Índice
El impacto económico de las zonas francas en Costa Rica
Inversión extranjera directa: motor de desarrollo
Equidad fiscal: ¿sacrificio o inversión rentable?
Impacto social y laboral del régimen

 

 

El impacto económico de las zonas francas en Costa Rica

El Régimen de Zonas Francas se ha consolidado como un pilar fundamental para la economía costarricense a través de diversos canales de impacto que van más allá de las cifras generales mencionadas anteriormente.

Aporte al PIB nacional

Desde su implementación en 1990, las zonas francas han experimentado un crecimiento extraordinario, pasando de representar apenas el 1% del PIB a un impresionante 15% en 2024. Esta evolución se refleja también en el número de empresas operando bajo este régimen, que aumentó de 56 compañías iniciales a 626 en la actualidad. En términos absolutos, esto significa un aporte económico de aproximadamente US$7.087 millones, consolidándose como uno de los sectores más dinámicos del país.

Crecimiento de exportaciones bajo el régimen

Las empresas ubicadas en zonas francas han contribuido significativamente a diversificar la oferta exportadora costarricense. Durante el último año, las exportaciones bajo este modelo alcanzaron los US$6.638 millones. Además, el sector de dispositivos médicos ha destacado particularmente, generando más del 50% de las exportaciones nacionales en este rubro. Cabe mencionar que el 64% de todas las exportaciones de bienes de Costa Rica se realizan desde empresas en zona franca, lo que demuestra su papel predominante en la estrategia comercial del país.

Compras locales y encadenamientos productivos

Uno de los impactos más relevantes del régimen es su efecto multiplicador en la economía local. Las empresas en zonas francas realizaron compras locales por US$3.067 millones, lo que representa el 57% de sus gastos totales con un crecimiento anual del 18%. Estos encadenamientos productivos no solo fortalecen a proveedores nacionales, sino que también generan transferencia de conocimientos y tecnificación.

Actualmente, más de 600 proveedores costarricenses mantienen relaciones comerciales con 200 empresas multinacionales del régimen, y cerca del 60% de las compañías exportadoras en zonas francas cuentan con al menos un proveedor local. Este ecosistema de encadenamientos se traduce directamente en crecimiento económico y generación de empleo adicional en diversos sectores.

 

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Inversión extranjera directa: motor de desarrollo

Sin duda alguna, la capacidad de atraer capital extranjero representa uno de los mayores logros del modelo económico costarricense. Las zonas francas han sido fundamentales en este aspecto, posicionando al país como un destino preferente para inversiones de alto valor agregado.

Porcentaje de IED captado por zonas francas

El régimen se ha consolidado como el principal atractor de inversión extranjera directa en Costa Rica. Durante 2024, concentró el 74% de toda la IED que ingresó al país, canalizando US$3.720 millones. Esta tendencia se mantiene consistente, pues en años recientes el porcentaje ha oscilado entre el 64,3% y el 59% del total de inversiones extranjeras.

Además, el flujo de capital extranjero hacia las zonas francas experimentó un notable incremento del 24% con respecto al año anterior, equivalente a aproximadamente ₡270.871 millones adicionales. Esta tendencia al alza demuestra la eficacia del régimen como instrumento para captar recursos que impulsan el desarrollo económico nacional.

Confianza de inversionistas internacionales

El crecimiento sostenido de empresas de capital extranjero en el régimen, con una tasa promedio anual del 7% entre 2019 y 2023, refleja la confianza de los inversionistas en la estabilidad jurídica de Costa Rica. Esta certidumbre se vio reforzada cuando el país se convirtió en el primero de América Latina en recibir la Certificación de Zonas Francas Transparentes y Seguras de la OCDE.

La certificación no solo diferencia las zonas cumplidoras, sino que mejora sustancialmente la reputación internacional del país. En consecuencia, Costa Rica logró atraer 61 nuevos proyectos de inversión extranjera y 100 reinversiones provenientes de 23 países distintos, evidenciando un entorno de confianza para operaciones de largo plazo.

Expansión de empresas fuera del GAM

Particularmente significativo ha sido el crecimiento del 13% en la instalación de empresas fuera del Gran Área Metropolitana durante los últimos cinco años. Para 2023, se registraron 86 compañías operando fuera de la GAM, comparado con apenas 52 en 2019. Este avance refleja el éxito de iniciativas que promueven la descentralización económica.

El crecimiento en regiones periféricas pasó de una inversión negativa de ₡19.384 millones a una inversión positiva de ₡122.427 millones, facilitando que 16 nuevos proyectos eligieran ubicaciones rurales. Estos resultados responden a incentivos específicos para empresas que deciden establecerse fuera del área metropolitana, impulsando el desarrollo regional.



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Equidad fiscal: ¿sacrificio o inversión rentable?

Uno de los debates más intensos sobre las zonas francas gira en torno a su verdadero costo-beneficio para las finanzas públicas. ¿Son las exoneraciones fiscales un sacrificio necesario o una inversión estratégica?

Relación entre exoneraciones y retorno económico

El análisis revela que por cada dólar exonerado, el Estado recupera CRC 1428.32, generando un retorno neto de CRC 918.21. Este patrón se mantiene consistente: durante el período 2019-2023, el promedio de retorno fue de CRC 1020.23,7 por cada dólar de exoneración. En términos absolutos, mientras las empresas bajo este régimen dejaron de pagar unos CRC 4232.94 millones en impuestos, aportaron más de CRC 15285.11 millones en beneficios.

Aportes a la CCSS, FODESAF, INA e IMAS

En 2023, el Régimen de Zona Franca realizó contribuciones significativas a instituciones sociales: CRC 632.54 millones a la CCSS, CRC 117836.74 millones a FODESAF, CRC 35197.99 millones al INA, CRC 23465.33 millones al INS y CRC 11732.66 millones al IMAS. Estos aportes crecen a un ritmo promedio anual del 17%.

Comparación con ingresos fiscales tradicionales

Sin embargo, según el Banco Central, en 2023 el gobierno central dejó de percibir un 1.41% del PIB por exenciones al impuesto de renta en zonas francas, aproximadamente CRC 661.000 millones. Asimismo, el 71% de las empresas de zona franca no pagaron impuesto a la renta. A pesar de esto, su aporte al crecimiento económico y empleo contrarresta estas exoneraciones, convirtiendo el régimen en una inversión rentable para el país.

 

Impacto social y laboral del régimen

Más allá de las cifras económicas, el impacto social del Régimen de Zona Franca se refleja directamente en miles de familias costarricenses que han mejorado su calidad de vida gracias a las oportunidades laborales generadas.

Generación de empleo directo e indirecto

El régimen se ha convertido en un poderoso generador de empleos, alcanzando 265.571 puestos entre directos e indirectos para 2024. Este volumen laboral ha crecido consistentemente a un ritmo anual del 9%, mostrando un desarrollo sostenible incluso en tiempos económicos desafiantes. Durante el 2023, las zonas francas generaron 251.530 empleos, mientras que los empleos directos para 2024 se situaron en 197.038. Además, es significativo que el 37% de estos puestos se ubiquen fuera del Gran Área Metropolitana, contribuyendo así a la descentralización económica.

Participación femenina y equidad de género

Un aspecto destacable es la participación de mujeres en el régimen, alcanzando un 45% del total de empleos, cifra que supera en 3,5 puntos porcentuales la media nacional de 41,5%. En sectores específicos como dispositivos médicos, la participación femenina alcanza el 28%, mientras que en servicios compartidos representa el 26%. Por otra parte, el liderazgo femenino también es notable, con un 40% de los nuevos puestos ejecutivos ocupados por mujeres.

Salarios y beneficios por encima del promedio nacional

Los colaboradores en zonas francas reciben un salario bruto mensual promedio de CRC 1.182.960, casi duplicando el promedio nacional de CRC 596.330. En general, los salarios son 1,8 veces más altos que el promedio del sector privado. Además de mejores remuneraciones, las empresas ofrecen beneficios adicionales como transporte, seguros médicos privados y oportunidades de capacitación continua, lo que contribuye significativamente al bienestar económico y la calidad de vida de miles de familias costarricenses.

 

Conclusión

Al evaluar el panorama completo de las zonas francas en Costa Rica, resulta evidente que este régimen representa mucho más que simples incentivos fiscales. Sin duda, el modelo ha transformado profundamente la estructura económica del país, evolucionando de representar apenas el 1% del PIB en sus inicios hasta alcanzar un impresionante 15% en la actualidad. Además, la generación de 265.571 empleos directos e indirectos confirma su papel como pilar fundamental del desarrollo social.

Los datos presentados anteriormente demuestran que, aunque el régimen implica exoneraciones fiscales significativas, también genera un retorno económico sustancial. Por cada colón que el Estado deja de percibir en impuestos, recibe aproximadamente 1.428 colones en beneficios económicos diversos. Ciertamente, este balance positivo justifica, desde una perspectiva puramente económica, la continuidad del modelo.

No obstante, el dilema entre inversión extranjera y equidad fiscal permanece vigente. Aunque el 71% de las empresas en zona franca no pagan impuesto sobre la renta, su contribución a otras instituciones sociales como la CCSS, FODESAF, INA e IMAS crece anualmente a un ritmo del 17%. Por otra parte, el desarrollo de encadenamientos productivos con más de 600 proveedores nacionales demuestra que los beneficios se extienden más allá de las propias empresas beneficiarias del régimen.

La descentralización económica representa otro logro destacable. Durante los últimos cinco años, las empresas fuera del Gran Área Metropolitana aumentaron un 13%, llevando desarrollo y oportunidades a regiones históricamente relegadas. Igualmente importante resulta la participación femenina del 45% en estos empleos, superando la media nacional y contribuyendo a una mayor equidad de género en el mercado laboral.

Después de analizar estos datos, podemos concluir que las zonas francas, lejos de ser un simple mecanismo de exención fiscal, constituyen un complejo ecosistema económico con ramificaciones que impactan positivamente diversos aspectos de la realidad costarricense. El verdadero desafío para el futuro consiste en mantener este modelo exitoso mientras se buscan mecanismos que aseguren una distribución cada vez más equitativa de sus beneficios entre toda la población.

Finalmente, el caso costarricense nos enseña que los incentivos fiscales, cuando se implementan estratégicamente y con visión de largo plazo, pueden convertirse en inversiones altamente rentables para el desarrollo nacional. A pesar de las críticas legítimas sobre equidad tributaria, los resultados tangibles en empleo, salarios, inversión y desarrollo regional hacen de este régimen un componente esencial del modelo de desarrollo costarricense actual.