La expresión de las razones del recurso hacen relación a la debida motivación del mismo. Lo que no tiene que ver con su pertinencia, pues ello es un examen de mérito. No basta decir que se recurre, hay que explicar en qué consiste el error judicial.
La disminución en el rigor formalista para plantear un recurso de casación no debe llevar a que no puedan entenderse los motivos. Esto deviene una exigencia de los principios de congruencia, no reforma en perjuicio y equilibrio procesal.
Las razones pueden ser fácticas si hay inconformidad con los hechos, la apreciación de las pruebas o vicios procesales. O jurídicas si hay omisión o indebida aplicación de normas y principios. (art. 139,3 CPCA o Ley 8508 y 65.5 CPC o Ley 9342, votos Sala 1a 823/2009 y 83/2010)
Esas razones deben expresarse con claridad y precisión, concreción y concisión. Deben separarse y exponerse en un orden lógico, primero las procesales y luego las de fondo. (arts. 65.5 y 69.4 CPC y 140,3 CPCA)
Esas razones deben referirse a cuestiones propuestas o debatidas antes del recurso. Salvo que involucren la aplicación de normas imperativas o de orden público como las relativas a nulidades, correcciones o reposiciones declarables de oficio. (art.69.4.7 CPC)
El error judicial que se ataca hace relación a un vicio en la aplicación de la ley al caso concreto. Pero no es necesario indicar la norma sobre el valor de la prueba mal apreciada o las relativas a los requisitos del recurso, ni la norma infringida. Esto último si se exige en lo civil (arts. 139,3 y 4 del CPCA y 69.4.2 del CPC y voto de Sala 1ª 211/2010)
Los motivos expresados en el recurso originalmente presentado son ampliables 5 días después de notificado el auto de admisión. O por advertirlo así el Órgano de Casación (arts. 143,1 y 147 CPCA) (Voto de Sala 1ª 517/2009)
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