Los conflictos con entidades estatales pueden requerir la iniciación de un proceso contencioso administrativo. Si bien el litigio contra la Administración Pública presenta complejidades particulares, el ordenamiento jurídico costarricense cuenta con mecanismos específicos para la protección de los derechos de los administrados.
Índice
¿Cuándo es necesario demandar al Estado?
Cómo un abogado especialista en Derecho Administrativo puede ayudarle
Errores comunes al demandar al Estado sin asesoría legal
De conformidad con el Código Procesal Contencioso Administrativo de Costa Rica, el Poder Judicial ejerce control jurídico sobre los actos administrativos. Este procedimiento no solo verifica la legalidad de dichos actos, sino que brinda a los particulares una protección efectiva de sus derechos. Es importante recordar que existen plazos perentorios para actuar: el término para interponer una demanda judicial ante la sede contencioso administrativa es de un año, contado desde el día siguiente hábil de la notificación del acto administrativo. Para efectos de indemnización, el derecho de reclamar prescribe en cuatro años desde el hecho que origina la responsabilidad.
La representación especializada en derecho administrativo resulta fundamental para el adecuado manejo de este tipo de procesos. A continuación, se analizan las circunstancias que justifican demandar al Estado, la forma en que un especialista puede asistirle y los errores que deben evitarse para proteger adecuadamente sus intereses.
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La Administración Pública debe cumplir con la obligación de brindar determinados servicios para satisfacer el interés público, concepto conocido como poder-deber. La falla en este deber puede generar la necesidad de iniciar un proceso contencioso administrativo.
Las situaciones que justifican demandar al Estado son las siguientes:
El ordenamiento jurídico costarricense establece un sistema de responsabilidad objetiva para la Administración Pública. Según este régimen, el Estado "responderá por todos los daños que cause su funcionamiento legítimo o ilegítimo, normal o anormal, salvo fuerza mayor, culpa de la víctima o hecho de un tercero".
No se requiere demostrar el dolo o la culpa del funcionario público para establecer la responsabilidad administrativa. El enfoque se centra en el daño causado y no en la conducta del agente público.
El proceso contencioso-administrativo para demandar al Estado requiere representación letrada. Si el resultado es favorable, la Administración Pública puede ser condenada en costas, lo que permite cubrir la inversión en representación legal.
No obstante, el Código Procesal Contencioso-Administrativo otorga a la Administración un plazo de 15 días hábiles para realizar la acción que está omitiendo al inicio del proceso judicial. Si la Administración cumple dentro de este plazo, el proceso se resuelve sin condenatoria en costas.
Según establece el artículo 197 de la Ley General de la Administración Pública, los daños reclamables incluyen tanto materiales como morales. El daño debe ser efectivo, evaluable e individualizable en relación con una persona o grupo.
Para que la demanda sea admisible, debe cumplir con todos los requisitos establecidos en el artículo 35 del Código Procesal Contencioso Administrativo, incluyendo la designación del órgano destinatario, narración precisa de los hechos, fundamento jurídico y ofrecimiento detallado de pruebas.
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El profesional especializado en derecho administrativo cuenta con conocimientos específicos sobre el régimen jurídico aplicable a las entidades estatales y puede brindar protección efectiva ante actuaciones indebidas de los poderes públicos. Su experiencia resulta invaluable al enfrentar al Estado en un proceso contencioso.
El abogado especialista gestiona, tramita y reclama ante las diversas administraciones públicas cualquier problemática relacionada con sus derechos. Entre sus funciones principales se encuentran:
Este profesional puede solicitar medidas cautelares para proteger provisionalmente el objeto del proceso y garantizar la efectividad de la sentencia. Asimismo, gestionará la práctica de todas las diligencias probatorias necesarias para determinar la verdad real de los hechos relevantes.
Su conocimiento especializado le permite asistir en casos específicos como:
El abogado administrativo mantiene un estudio continuo de la normativa pública y se actualiza constantemente para garantizar un asesoramiento de calidad. Esto resulta fundamental pues las leyes que rigen a las administraciones públicas experimentan cambios constantes.
La representación jurídica adecuada minimiza riesgos, asegura el cumplimiento de plazos procedimentales y aumenta significativamente las probabilidades de obtener un resultado favorable.
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La tramitación de un proceso contencioso administrativo sin representación especializada puede generar errores que comprometan seriamente las posibilidades de éxito. La complejidad del derecho administrativo hace que estos errores sean particularmente graves cuando se enfrenta a la Administración Pública.
Los errores más frecuentes que deben evitarse son los siguientes:
Es así, que resulta fundamental contar con representación especializada para evitar estos errores y proteger adecuadamente sus intereses ante la Administración Pública.
Conclusión
Los procesos contenciosos administrativos contra el Estado requieren conocimientos especializados y experiencia práctica. Si bien el ordenamiento jurídico costarricense establece mecanismos para la protección de los derechos de los administrados, los plazos perentorios y requisitos técnicos pueden complicar significativamente el caso sin la orientación profesional adecuada.
La responsabilidad objetiva del Estado constituye una ventaja para el administrado, pues no se requiere demostrar dolo o culpa del funcionario público. Sin embargo, esto no elimina la necesidad de presentar correctamente el caso y cumplir con todos los requisitos procedimentales que establece la ley.
La representación especializada en derecho administrativo resulta fundamental durante este proceso. Su experiencia permitirá evitar errores comunes como el incumplimiento de plazos legales, la presentación de demandas mal fundamentadas o la dirección a la autoridad incorrecta. Además, sabrá exactamente qué pruebas aportar y cómo estructurar el caso para maximizar las posibilidades de éxito.
Es importante recordar que el Estado cuenta con equipos jurídicos experimentados. La desigualdad de conocimientos técnicos puede afectar negativamente el resultado de la reclamación si se decide actuar sin representación. Al contratar un especialista, se equilibra esta situación y se protegen efectivamente los intereses del administrado.
La inversión en representación legal adecuada puede resultar rentable a largo plazo, especialmente porque la Administración Pública puede ser condenada en costas si el demandante resulta favorecido. Este profesional no solo defenderá los derechos fundamentales, sino que también buscará la indemnización justa que corresponde a los daños sufridos.
Es así, que invitamos a considerar estos puntos, pues la decisión de demandar al Estado debe tomarse con toda la información disponible. Actúe con determinación, pero también con la asesoría legal adecuada para proteger efectivamente sus derechos frente a la Administración Pública.
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