Iniciando el año 2009, comenzábamos con la aventura de transformar digitalmente la forma de hacer derecho “a lo interno” de nuestra firma. Nuestro objetivo era que la información fluyera entre nuestra propia organización, de tal forma que el trabajo individual se viera superado por el trabajo en equipo y que todos nos convirtiéramos a su vez en maestros y alumnos, aprovechando el conocimiento de los demás miembros.
Así, trabajar colaborativamente era un tema que nos parecía imperioso, pero hacerlo en tiempo real lo era aún más. Máxime con el manejo de casos altamente complejos que enfrentábamos y que requerían herramientas tecnológicas que superaban en mucho la capacidad de la mente humana.
Con las plataformas adecuadas y proyectándonos a treinta años al futuro, iniciamos con un proyecto que hoy ha superado en mucho nuestras propias expectativas. La primera gran experiencia se generó a partir de la centralización de información en sitios especialmente diseñados para ella, para luego seguir con la indexación de metadatos sin importar el formato del documento (los más comunes Word, Excel y PDF), y luego dar un salto cuantitativo a la ordenación de esos datos de forma disciplinada y por temas, facilitando así la labor del abogado. A esos se le siguieron bibliotecas digitales en diversas ramas del derecho que hoy superan los cinco mil volúmenes, así como jurisprudencia de las cuatro salas de la Corte Suprema de Justicia, la CIDH, La Contraloría General de la República y La Procuraduría General de la República, entre otros. Y finalmente la incorporación de videos de contenido jurídico, en los que pueden realizarse búsquedas por temas dentro de los propios formatos de audio.
De esta forma, la simplificación en el manejo de esa información ha alcanzado un grado de madurez que le imprime a nuestra organización tres ventajas competitivas: una reducción de costes para el cliente, una mejor toma de decisiones y la capacidad de ofrecer nuevos productos y servicios.
Hoy el manejo de Big Data en nuestra organización (cercana a los 30 Terabytes) la hemos logrado gestionar por intermedio de herramientas de inteligencia artificial. Y estamos en la fase experimental de ofrecer esa data a terceros que quieran añadir valor a sus propias organizaciones.
Ahora nos enfocamos en el servicio al cliente, de tal forma que lo que empezó con el propósito de una mejora “interna” de nuestra organización, trascienda para facilitar la prestación de servicios jurídicos para nuestros clientes de forma “externa”, pudiendo gestionar sus prioridades de forma directa.
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