Los ingresos totales del Gobierno experimentaron una contracción interanual del 3,6%, en contraste con el crecimiento del 4,0% registrado en 2023. Esta disminución se atribuye principalmente al desempeño de los ingresos tributarios y corrientes. Los ingresos tributarios se redujeron un 5,1% en términos interanuales, mientras que en 2023 habían aumentado un 4,5%. Asimismo, los ingresos corrientes disminuyeron un 4,0%, en comparación con el incremento del 4,0% en el año anterior.
Índice
Los impuestos sobre los ingresos y utilidades se contrajeron un 12,9%, en contraste con el aumento del 4,1% en 2023. Este rubro representó el 38,6% de los ingresos tributarios.
El impuesto al valor agregado (IVA) interno disminuyó un 1,1%, mientras que en 2023 había aumentado un 8,8%. Este rubro constituyó el 22,4% de los ingresos tributarios.
En cuanto a los gastos, los totales aumentaron un 1,0%, en comparación con la disminución del 0,1% en marzo de 2023. Los gastos corrientes crecieron un 1,4%, mientras que los de capital se contrajeron un 5,7%. El gasto en pago de intereses disminuyó un 2,6% y representó el 1,4% del PIB.
Las estadísticas más recientes del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) revelan que la tasa de desempleo durante el trimestre móvil de febrero a abril de 2024 se situó en el 7,9% de la población económicamente activa (PEA), un aumento de 0,1 puntos porcentuales en comparación con el trimestre anterior. Sin embargo, esta cifra es inferior al 9,7% registrado en el mismo trimestre de 2023.
La tasa de desempleo ha mostrado una tendencia a la baja desde julio de 2020, cuando alcanzó su máximo nivel del 24,4% debido a la crisis del Covid-19. Desde mayo de 2022, la tasa ha regresado a niveles inferiores a los observados antes de la pandemia (12,2%).
El desempleo afectó en mayor medida a las mujeres, con una tasa del 9,0%, mientras que la tasa de desempleo masculina fue del 7,3%. Además, la tasa de la población ocupada con subempleo se situó en el 3,4%.
En el primer trimestre de 2024, los ingresos totales del Ministerio de Hacienda cayeron de ₡2.014.095 millones en el mismo periodo de 2023 a ₡1.941.382 millones, una contracción de ₡72.713 millones. Como proporción del PIB, esta cifra disminuyó del 4,3% al 4%.
Según el Ministerio de Hacienda, este efecto negativo se debe principalmente a la menor recaudación tributaria, que constituyó el 89% de las fuentes de ingresos del Gobierno. En cuanto a la recaudación tributaria, los ingresos sumaron ₡1.721.998 millones (3,5% del PIB), mientras que un año antes fueron de ₡1.814.683 (3,9% del PIB). Algunos de los factores clave en la caída de ingresos son:
A pesar de que el Gobierno Central alcanzó un superávit primario del 0,7% de la producción en el primer trimestre, este resultado representa una disminución de ₡114.645 millones respecto al mismo periodo de 2023. Por otro lado, el déficit financiero o fiscal registró un aumento al pasar del 0,5% del PIB en marzo de 2023 al 0,7% del PIB en marzo de 2024, lo que representa una caída de ₡96.154 millones en comparación con el año anterior.
Según el Ministro de Hacienda, Nogui Acosta, el aumento del déficit financiero se debió principalmente a la disminución de los ingresos del Gobierno y al incremento del gasto, particularmente por el pago retroactivo de salarios a empleados públicos, con un costo aproximado de ₡70.000 millones.
A pesar de los desafíos fiscales, las cifras de marzo confirman el cumplimiento de los objetivos cuantitativos acordados con el Fondo Monetario Internacional (FMI) en el marco del programa del Servicio Ampliado (SAF). Entre las metas alcanzadas, se superó el balance primario establecido en un mínimo de ₡230.000 millones, y se cumplió el tope de deuda de ₡31.317.000 millones.
No obstante, Acosta explicó que el acuerdo también incluía el cumplimiento de objetivos cualitativos, como la aprobación de algunas reformas tributarias, las cuales no se lograron. Entre ellas, la aprobación de la reforma del impuesto sobre la renta propuesta por el Gobierno en la Asamblea Legislativa en mayo de 2023.
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) ha identificado un aumento en la dolarización de los depósitos a plazo, cuya participación relativa aumentó en 2,3 puntos porcentuales desde el tercer trimestre de 2023. Este fenómeno se atribuye al premio negativo por ahorrar en colones respecto a los dólares, debido a los menores rendimientos obtenidos en el sistema financiero nacional.
Entre las causas de la dolarización se encuentran:
Según el BCCR, estos valores negativos del premio en colones han incidido en la dolarización de los depósitos a plazo. Además, los saldos totales de estos depósitos en dólares han registrado un aumento interanual del 10,7% en abril de 2024, mientras que los saldos en colones han experimentado una caída del 1,62% en el mismo periodo.
En los últimos meses, la brecha entre el promedio de las tasas pasivas negociadas en colones y en dólares en las entidades financieras se ha reducido. Esto se debe a que los rendimientos en moneda nacional han comenzado a disminuir, mientras que los de la divisa mantienen una relativa estabilidad.
El promedio ponderado de la tasa pasiva negociada neta en colones descendió de 7,28% en abril de 2023 a 4,71% en abril de 2024.
En ese mismo lapso, este indicador en moneda extranjera pasó de 3,27% a 3,49%.
Esta dinámica se debe a la influencia de las tasas de interés de la Reserva Federal de los Estados Unidos (FED) y del Banco Central de Costa Rica. Mientras la FED mantiene su indicador de referencia sin cambios en un rango de 5,25%-5,50% desde mediados de 2023, la tasa de política monetaria del Banco Central ha venido a la baja y actualmente se encuentra en 4,75%.
El aumento de la dolarización de los ahorros para obtener mejores rendimientos respecto a los colones podría impactar en otros indicadores económicos clave, como las expectativas cambiarias y de inflación.
Según Daniel Ortiz, economista y director de Consejeros Económicos y Financieros (Cefsa), este fenómeno podría ser el mecanismo de ajuste para que la inflación alcance la meta del 3% establecida por el Banco Central. Actualmente, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) lleva un año por debajo del 2%, que es el punto inferior del rango de tolerancia del ente emisor.
Ortiz considera que la principal incidencia de una dolarización de los ahorros es que se aceleren las expectativas cambiarias y, por ende, las de inflación. Si esto sucede, la inflación convergería en el rango meta de la autoridad monetaria, de entre 2% y 4%.
Juan Pablo Arias, economista de la Bolsa Nacional de Valores (BNV), comentó que las expectativas cambiarias, sobre todo las de corto plazo, suelen sobrerreaccionar por factores emocionales más que técnicos. Esto dificulta modelar el comportamiento del tipo de cambio en el corto plazo.
En las últimas semanas, el tipo de cambio experimentó un episodio de nueve aumentos consecutivos, llevando su precio desde ₡503,10 el 25 de abril hasta los ₡512,90 el jueves 9 de mayo. Para el viernes 10, su valor fue de ₡512,52 en el Mercado de Monedas Extranjeras (Monex).
Este comportamiento podría estar relacionado con las expectativas cambiarias influenciadas por la dolarización de los ahorros, aunque también podrían intervenir otros factores económicos y financieros.
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A medida que Costa Rica avanza en el 2024, es crucial monitorear de cerca los indicadores económicos clave y las políticas implementadas por el Gobierno y el Banco Central. El cumplimiento de los objetivos fiscales, la gestión de la deuda pública, la promoción del empleo y el control de la inflación serán factores determinantes para el crecimiento económico sostenible y la estabilidad financiera del país.
Asimismo, será fundamental abordar los desafíos relacionados con la recaudación tributaria, la aprobación de reformas clave y la diversificación de las fuentes de ingresos. Además, la gestión adecuada de las expectativas cambiarias y la dolarización de los ahorros será crucial para mantener la estabilidad macroeconómica.
En resumen, si bien los indicadores económicos de Costa Rica en 2024 presentan desafíos significativos, también existen oportunidades para implementar políticas y reformas que impulsen el crecimiento económico y el bienestar de la población. Una estrecha coordinación entre las autoridades gubernamentales, el sector privado y la sociedad civil será fundamental para alcanzar estos objetivos.