Skip to content
mayo 30, 2025
6 min read time

Realidad de las sanciones tributarias: Lo que su contador no le dice

Realidad de las sanciones tributarias: Lo que su contador no le dice

Los tributos pueden convertirse en una pesadilla financiera cuando no contamos con la asesoría adecuada. Como abogados fiscales, hemos visto cómo las sanciones tributarias impactan severamente a quienes no cumplen correctamente con sus obligaciones fiscales.

En Costa Rica, por ejemplo, la deuda tributaria puede prescribir en plazos que varían entre 3 y 10 años, dependiendo del tipo de tributo. Además, la falta de un sistema de compliance tributario adecuado puede resultar en serias consecuencias legales y económicas para individuos y empresas.

En este artículo, exploraremos la realidad detrás de las sanciones tributarias, los errores más comunes que las generan y las estrategias efectivas para defenderse o evitarlas. Nuestra meta es brindarte la información que tu contador posiblemente no te ha compartido.

 

¿Qué son las sanciones tributarias y por qué se aplican?

Las sanciones tributarias son manifestaciones del poder sancionador de la Administración Tributaria cuando los contribuyentes incumplen sus obligaciones fiscales. Estas medidas no son arbitrarias, sino que responden a infracciones tipificadas en las leyes tributarias y buscan garantizar el cumplimiento voluntario de los tributos.

Según la Real Academia Española, las sanciones tributarias son el "ejercicio de la potestad sancionadora de la Administración en materia tributaria como consecuencia de la realización de una infracción tipificada prevista en la ley". Estas pueden ser pecuniarias (multas) o no pecuniarias (accesorias).

Las autoridades fiscales aplican estas sanciones cuando los contribuyentes incurren en acciones u omisiones relacionadas con sus tributos, incluso a título de negligencia. Entre las infracciones más comunes encontramos:

  • Omisión de declaraciones
  • Morosidad en el pago
  • Inexactitud en las declaraciones
  • No emisión de facturas
  • No tener medios alternativos de pago
  • Destrucción de sellos colocados en negocios cerrados

En Costa Rica, las sanciones se dividen en dos categorías principales:

  1. Sanciones administrativas: Multas y cierre de negocios que ejecuta la Administración Tributaria.
  2. Delitos tributarios: Conocidos por el poder judicial tras ser trasladados por la administración tributaria.

Las multas económicas pueden variar significativamente, desde un 1% hasta un 20% del monto adeudado. Por ejemplo, no presentar declaraciones tributarias puede generar una sanción del 50% del salario base, aproximadamente ₡462,200.

El cierre temporal de establecimientos es otra sanción seria que impide el desarrollo de actividades económicas hasta por 10 días calendario. Esta medida se aplica principalmente por reincidencia en no emitir facturas o no presentar declaraciones de impuestos.

Además, los morosos enfrentan un recargo del 1% por cada mes o fracción transcurrido desde que debió pagarse la obligación. Este recargo es independiente del interés establecido en el artículo 57 del Código Tributario.

Es importante saber que el derecho de aplicar sanciones prescribe en un plazo de cuatro años contados a partir del día siguiente a la fecha en que se cometió la infracción. Por tanto, quienes pagan los tributos deben mantener sus registros por este período como mínimo.

Para evitar estas sanciones, lo fundamental es cumplir en tiempo y forma con cada obligación material y formal establecida en el ordenamiento jurídico tributario.

 

Errores frecuentes que generan sanciones (y que su contador podría omitir)

Hay errores tributarios que pueden vaciarte el bolsillo más rápido que otros. Mientras algunos contadores se limitan a presentar declaraciones, pocos advierten sobre las infracciones que desencadenan sanciones severas.

Presentar declaraciones fuera de plazo encabeza la lista de infracciones costosas. Por cada declaración tardía, enfrentarás una multa de medio salario base (₡231.100). Sin embargo, si subsanas voluntariamente antes de cualquier actuación de la Administración Tributaria, la multa puede reducirse hasta en un 75%.

Las declaraciones inexactas representan otro riesgo significativo. Esto incluye omisión de ingresos, diferencias aritméticas o deducciones improcedentes. Estas inexactitudes pueden acarrear sanciones del 50% al 150% sobre la base de la infracción, dependiendo de la gravedad.

No atender requerimientos de la Administración Tributaria constituye resistencia a las actuaciones administrativas. El primer requerimiento ignorado genera una multa de 2 salarios base (₡924.400), el segundo aumenta a 3 salarios base (₡1.386.600). Si llega un tercer requerimiento, la sanción puede alcanzar hasta el 2% de tus ingresos brutos.

La morosidad en el pago genera un recargo del 1% por cada mes o fracción de mes transcurrido, sin superar el 20% del monto no pagado. Este recargo se suma a los intereses corrientes que actualmente rondan el 11,13%.

La falta de conciliación fiscal entre registros contables y normativa tributaria es frecuentemente olvidada. Esta diferencia puede invalidar gastos deducibles como salarios no reportados a la seguridad social.

Incluir gastos personales como empresariales es otro error común. No solo perderás la deducción, sino que enfrentarás multas por declaración inexacta.

Por último, documentación incompleta o inexistente invalida cualquier deducción fiscal. Es esencial conservar facturas, recibos y comprobantes de todas tus transacciones comerciales.

Para evitar estas sanciones, mantén comunicación constante con tu contador y asegúrate de entender todas tus obligaciones fiscales, pues finalmente quien paga los tributos y las multas eres tú.

 

Cómo defenderse o evitar sanciones tributarias

Prevenir es siempre mejor que remediar cuando hablamos de tributos y sus consecuencias legales. La auditoría preventiva se presenta como la primera línea de defensa para revisar el adecuado cumplimiento de obligaciones tributarias antes de que ocurra una fiscalización.

A través de este servicio, podemos determinar niveles de cumplimiento, desviaciones, pagos en exceso o falta de pagos en cada obligación. Mediante verificaciones y exámenes específicos, identificamos el nivel de cumplimiento de normas tributarias, seguridad social y municipales, proporcionando información crucial para la toma de decisiones.

Por otra parte, si ya enfrentas un proceso de fiscalización, es fundamental conocer tus derechos. Las autoridades no pueden solicitar información fuera del período en estudio, aunque sí pueden ampliar tanto el tributo en análisis como el período fiscal. Lo más recomendable es asesorarte con un profesional desde el inicio del proceso.

Las reducciones significativas en sanciones son posibles mediante presentación voluntaria. Si presentas una declaración voluntariamente, sin actuación previa de la Administración Tributaria, la sanción se reduce en un 75%. Si además autoliquidas y pagas la sanción en ese momento, la reducción aumenta al 80%.

Asimismo, implementar un sistema de compliance tributario ofrece beneficios concretos:

  • Minimiza el riesgo de sanciones y multas
  • Mejora la reputación empresarial ante clientes y proveedores
  • Optimiza recursos financieros mediante planificación anticipada
  • Limita el riesgo de responsabilidad para administradores

El diagnóstico tributario preventivo permite detectar áreas susceptibles de objeción antes de que ocurran los problemas. Esta evaluación, cuando es realizada por expertos, permite identificar casos que requieran rectificarse oportunamente.

Finalmente, mantener actualizados tus datos fiscales, domicilio, representante legal y correo electrónico es fundamental para quienes pagan los tributos. Este simple paso, junto con la adecuada documentación de respaldo para todas tus operaciones, constituye una base sólida para evitar complicaciones con la administración tributaria.

 

Conclusión

Las sanciones tributarias representan un riesgo financiero significativo para cualquier contribuyente. Durante este recorrido, hemos descubierto que estas penalidades no son meras formalidades, sino consecuencias serias del incumplimiento fiscal.

Ciertamente, los errores más costosos como presentar declaraciones tardías, proporcionar información inexacta o ignorar requerimientos oficiales pueden devastar nuestras finanzas. Estas infracciones, además de generar multas sustanciales, crean un historial negativo ante la Administración Tributaria.

El conocimiento se convierte, por tanto, en nuestra mejor defensa. Las auditorías preventivas, sin duda, constituyen herramientas fundamentales para identificar posibles problemas antes de una fiscalización oficial. Asimismo, la implementación de sistemas de compliance tributario ofrece beneficios tangibles que van desde la reducción de riesgos hasta la protección de nuestra reputación empresarial.

Debemos recordar que, aunque contemos con asesores contables, la responsabilidad final sobre nuestras obligaciones tributarias recae sobre nosotros. Por esta razón, mantener comunicación constante con nuestros contadores resulta esencial para evitar sorpresas desagradables.

Al final del día, las sanciones tributarias son evitables mediante planificación adecuada y cumplimiento oportuno. Después de todo, prevenir siempre cuesta menos que remediar. Nuestro objetivo como contribuyentes debe ser construir una relación transparente con la administración fiscal, entendiendo que los tributos, cuando se gestionan correctamente, dejan de ser una amenaza para convertirse simplemente en una responsabilidad ciudadana manejable.

 

Si desea conocer más sobre el Derecho tributario puede seguirnos en nuetras redes sociales como Officium Legal. También puede suscribirse a nuestro Newsletter para recibir nuestras últimas noticias de primera mano.