Es muy importante que los contribuyentes comprendan sus obligaciones y beneficios bajo el Régimen de Tributación Simplificada. Este régimen ofrece una alternativa más sencilla para el cumplimiento de las obligaciones tributarias, pero requiere un manejo riguroso de ciertos aspectos.
Los contribuyentes deben llevar un control estricto de las compras realizadas para sus actividades lucrativas. Este control puede mantenerse en un libro de registro físico o digital, acompañado de los respectivos comprobantes. La importancia de estos registros radica en su uso para respaldar los montos utilizados en los cálculos y liquidaciones trimestrales. Además, es esencial conservar los documentos de compras y salarios pagados para eventuales fiscalizaciones por parte de la Dirección General de Tributación. Es importante destacar que los contribuyentes no están obligados a conservar comprobantes de gastos.
Para efectos fiscales, los contribuyentes inscritos en el régimen no están obligados a emitir comprobantes autorizados por las ventas, salvo que sean solicitados por sus clientes. En caso de no emitir o no entregar los compromisos solicitados, se aplicarán las sanciones establecidas en el Código de Normas y Procedimientos Tributarios. De manera voluntaria, los contribuyentes pueden optar por emitir comprobantes electrónicos, utilizando la figura de emisor receptor no confirmante.
La figura de "emisor receptor no confirmante" es una opción que tienen los contribuyentes inscritos en el Régimen de Tributación Simplificada para emitir comprobantes electrónicos de manera voluntaria.
Según el Reglamento de Comprobantes Electrónicos, estos contribuyentes pueden optar por utilizar esta figura de manera exclusiva para emitir facturas electrónicas. De no elegir esta opción, y si un cliente del régimen general les solicita un comprobante, deberán emitir un comprobante pre-impreso con ciertos requisitos mínimos
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Los contribuyentes deben presentar una declaración trimestral en formularios especiales suministrados por la Administración Tributaria. Estas declaraciones deben presentarse y cancelarse dentro de los primeros quince días naturales de los meses de abril, julio, octubre y enero de cada año. El cumplimiento puntual de esta obligación es esencial para evitar sanciones.
Si un contribuyente inscrito en el Régimen de Tributación Simplificada no cumple con los requisitos, será trasladado al régimen general y se le aplicarán las sanciones correspondientes por las obligaciones no cumplidas. Además, los contribuyentes que incurran en infracciones administrativas o delitos tributarios se harán acreedores a las sanciones previstas en el Código de Normas y Procedimientos Tributarios.
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Conclusión
Mantener un control riguroso y cumplir con las obligaciones de declaración es vital para evitar sanciones y asegurar el correcto funcionamiento bajo el Régimen Simplificado. ¡La precisión y la puntualidad son claves para una gestión tributaria eficiente!
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